Comencemos recordando que no es lo mismo Utilidad y Flujo, y aunque ambos son igual de importantes en la administración y gestión de una empresa, tienen bases diferentes pero complementarias.
La Utilidad de una empresa (o Pérdida) es el resultado que arroja el Estado de Resultados por las transacciones realizadas en un periodo de tiempo bajo el principio básico de devengaciòn, el cual de manera general y rápida resulta de restar a las ventas los costos y gastos incurridos para la generación de dichas ventas.
Y por otro lado, el Flujo es el dinero que se genera por los movimientos netos en las cuentas bancarias, es decir, los ingresos o depósitos menos los egresos o pagos; que en la contabilidad se refleja en los saldos contables de las cuentas de Efectivo y Bancos.
Por tal motivo, el Flujo es resultado de la combinación de transacciones reflejadas en el Balance general y en el Estado de resultados; por lo que no necesariamente una empresa que obtiene Utilidad en su Estado de resultados, tiene o genera flujo.
Hoy en día, ante la situación por la cual estamos atravesando, la supervivencia de los negocios, pequeños y grandes, dependerá entre otras cosas, de que tan eficientemente sea administrado el flujo de las empresas, ya que como bien se dice el flujo "es la sangre de los negocios".
Pero esa administración eficiente de Flujo va mas allá de recortar gastos o diferir pagos, implica toda una gestión de Capital de trabajo y planeaciòn con base en proyecciones, lo mas certeras posibles, de la operación futura de la empresa.
Por tal motivo, ahora mas que nunca, toma especial relevancia ejecutar acciones de proyección y planeaciòn que nos permitan anticiparnos a eventos desfavorables y poder cambiar el curso de las naves, para evitar que se sigan desangrando nuestras empresas y patrimonio.
Y a manera de reflexión final, en estos tiempos, el generar utilidades no salvara negocios, sobrevivirán aquellos que tengan la capacidad de generar y administrar eficazmente su flujo.